El Pucará de Tilcara es una fortaleza construida por los tilcaras, una parcialidad de los omaguacas, en un punto estratégico sobre la Quebrada de Humahuaca . Fue un lugar ideal para defenderse de los ataques; dominaba el cruce de los dos únicos caminos del lugar y por un lado la defienden los acantilados sobre el Río Grande y por el otro las ásperas laderas. Desde esa altura podían controlarse los campos de cultivo circundantes y las viviendas de los campesinos en los terrenos bajos.

Si se tiene en cuenta el contexto geográfico, parece poco probable encontrar agua y menos una cascada.  Sin embargo, en contraste de los cactus y áridos cerros multicolores, se encuentra la Garganta del diablo, dueña de una cascada de alrededor de 15 metros de altura.

Esta formación rocosa de gran altura ubicada a aproximadamente 7 kilómetros de la ciudad de Tilcara. Ha sido así denominada por una zanja que el cauce del río Huassamayo generó entre las rocas, para abrirse paso a su curso. Este profundo surco hecho por el agua sobre la roca viva, constituye un fenómeno natural impresionante.  Desde allí  se puede observar el paisaje en toda su extensión así como también la flora y fauna que se ve atraída por el agua.

Es una atractivo ideal para visitarlo todo el año, ya sea accediendo en vehículo o caminando. Grandes piedras de color rojizo, marrón, se elevan al pie del camino formando rígidas paredes que acompañan el trayecto hasta el surco de agua.  En el corazón de la Garganta el eco del agua, genera una atmosfera única e inigualable.

Luego de caminar cuatro kilómetros, se llega a este increíble lugar.  La Cueva del Wayra esconde sus secretos e historias de los tiempos antiguos, cuando la misma era un lugar sagrado al que accedían los viejos sabios buscando en la soledad y el aislamiento el silencio, en las entrañas de la tierra, dedicados a la contemplación pura.

A tan solo de 2 o 3 horas de Tilcara, luego de ascender por la Quebrada de Sarahuaico, se llega a este  gran sitio arqueológico que aparentemente fue habitado por los constructores del posterior Pucará de Tilcara.

Las cuevas son en espectáculo en si mismo, pudiendo acceder a ellas y escuchar como los guías locales cuentan a la luz de las velas, las historias que sus padres escucharon de sus abuelos como parte de una tradición milenaria.

En Jujuy son famosas las postales del cerro Siete Colores en Purmamarca y la Paleta del Pintor en Maimará. Pero la mayoría de los visitantes abandona la quebrada sin conocer el más espectacular de aquellos cerros –las serranías del Hornocal–, que empalidecen a los anteriores por la altura y el ancho de sus vetas de colores sobre la ladera completa de un cordón montañoso, desde el pie hasta la cima. Estas serranías son parte de una colorida formación calcárea llamada Yacoraite –vetas superpuestas de distintos colores—, que se extiende en línea desde Perú, bajando por Bolivia y la Quebrada de Humahuaca, terminando en Salta. Las serranías del Hornocal están a 25 kilómetros de la ciudad de Humahuaca y no son muy conocidas porque su angosto camino de ripio no permite llegar a los autobuses que llevan turistas en masa. Pero sí se puede ir con cualquier otro vehículo común, manejando con cuidado. Se llega por la Ruta Provincial 73 desde Humahuaca y son 25 kilómetros hasta un mirador que está junto a una antena con una panorámica increíble del Hornocal.

Quebrada de las Señoritas, es un sitio impactante.  Su fuerte color rojizo podría evocar las paisajes de Marte para aquellos viajeros con más imaginación.  El camino recorre distintos lugares de esta quebrada, en donde el contraste de los paisajes cercanos con el cielo  sorprenden a cada momento.  En tramo más abierto, en otros más cercado, el sendero recorre este sitio impactante

El Cerro de los Siete Colores es uno de los cerros que bordea la Quebrada de Purmamarca, ubicado a 64 Km. de San Salvador de Jujuy.

Este cerro recibe su nombre por la peculiar gama de colores que se aprecian en la gran mole rocosa y que varía de tonos naranjas a violetas. Ese arcoiris natural es producto de una compleja historia geológica que incluye sedimentos marinos, lacustres y fluviales elevados por los movimientos tectónicos.

Desde Purmamarca salen excursiones a pie por los cerros, en un circuito que lleva aproximadamente una hora de caminata. Para poder apreciar en todo su esplendor el Cerro de los 7 colores habrá que madrugar y esperar los primeros rayos de sol reflejados en las rocas multicolores, desde las afueras del pueblo.

Uquía se suma a la lista pueblos que configuran el ADN de la Quebrada de Humahuaca.  Allí, a tan solo 10 km del Hotel Huacalera se encuentra la  iglesia de San Francisco de Paula,  declarada Monumento Histórico Nacional, el 14 de julio de 1941.

Sus paredes de adobe de un metro de ancho y su altar tallado a mano en madera y dorado a la hoja le confiere una identidad especial.  Otra curiosidad es la cerradura de su puerta que data de 1745 y cuentan con un extraño mecanismo en donde la llave se coloca en posición invertida a las cerraduras modernas de hoy en día. Solo la llave que abre esta puerta pesa entre 600 y 800 gramos.

Igualmente lo más llamativo en su interior son los cuadros de los ángeles arcabuceros: la  representación de un ángel con arcabuz en lugar de la tradicional espada, gran riqueza expresiva y, en general, excelente realización.

 Este estilo se desarrolló durante la colonia en América del Sur,  siendo  una de las expresiones más características de la escuela cuzqueña de pintura.